Wacken Open Air 2015 – Lluvia o Sól

Día 1 – 30/07/2015

Como podéis comprobar la crónica pasa directamente al día 1 del festival, saltándose la bienvenida, y es que como la organización decía, los cielos se abrieron, y la lluvia no paraba un segundo. Si a eso le añadimos no llevar el calzado adecuado para tal barrizal pasamos a obviar ese día, perdiéndome The Gentle Storm, New Model Army, Uli Jon Roth e Europe, aunque parte fue por el retraso del avión. Ahora sí, vamos a hablar de Wacken.

Tras una mañana que me sirvió para equiparme como es debido, conocer el pueblo, asombrarme a cada paso por la increíble organización que tiene el festival y conocer la Wacken Met, entré al recinto cuando sonaban en el Beer Garden Stage Alk Bottle, pero el querer ver puestos, la zona de prensa y en general tener la boca abierta a cada paso, hizo que tampoco les viera.

El primer concierto vino de la mano de U.D.O. acompañado por la Orquesta de las Fuerzas Armadas de Alemania en uno de los escenarios principales, el True Metal Stage. Mi comienzo en Wacken no podía ser mejor, ya que el inicio del show vino marcado con la orquesta interpretando “Así habló Zaratustra” de Richard Strauss, seguida por el tema principal de “Das boot” y un popurrí de Star Wars con el tema principal y como no, la “Marcha Imperial”. Y tras ello ahí estaba, el siempre magnífico Udo Dirkschneider acompañado de su banda, comenzando con “Animal house”.

El concierto, con un Udo más entregado de lo que en él es costumbre, fue un sin fin de grandes momentos, como el que vivimos durante la interpretación de un fragmento de la conocida “Kalinka” y “Trainride in Russia (Poezd Po Rossii)”, en el que participó el acordeonista del equipo de bomberos de Wacken. También la colaboración de una soprano (me ha sido imposible encontrar su nombre) y como no, las interpretaciones de un par de temas de Accept, “Metal heart”, que con la orquesta consiguió provocarme la primera piel de gallina del festival, seguida de mi tema favorito de ellos, “Princess of the dawn”, con la que finalizaron.

Cambiando al escenario de su izquierda, el Black Stage, se subieron a las tablas In Extremo. Su propuesta folk es de las más originales que uno se puede echar a la cara. A mí personalmente no me convencen, pero sé que en España no iba a hacer por verlos, así que decidí darles una oportunidad. Me siguen sin matar, pero ya entramos en gustos personales, no porque ellos lo hagan mal, ya que dan todo en el escenario. Además aprovecharon para celebrar su XX Aniversario con una tarta que repartió Michael Robert Rhein bajándose al foso antes de “Ai Vis Lo Lop”.

Tras ellos decidí moverme entre el barro, como buenamente podía, para visitar el Bullhead City Circus, donde aún pude ver, concretamente en el W.E.T. Stage a Noctiferia un par de temas. Mi objetivo estaba en el contiguo, el Headbangers Stage, donde quería quitarme una de las espinitas que tenía atravesadas antes de Wacken, Dark Tranquillity. Desde luego los suecos salieron a por todas con “The science of noise” y continuando “Final resistence”. De hecho el concierto fue un no parar, con pocas voces limpias (muy grandes en “Feast of Burden”), pero claro, corto, llegando muy pronto el clásico “Misery’s crown” donde Mikael Stanne salió del escenario para cantar en el ring instalado en el centro. Yo hubiera colado ahí como fuera “Lost to apathy”.

Tras un barullo muy grande a la salida, conseguí, tras 20 minutos, llegar a la zona de escenarios principales y coger un buen sitio porque se avecinaba el plato fuerte del día, probablemente del festival y para muchos del año, la reunión de Savatage a la par que el concierto de la Trans-Siberian Orchestra. Pantallas extras para dos escenarios que iban a funcionar a la vez, aquello prometía mucho.

Las luces se encendían en el Black Stage a la par que sonaba un piano tocado por Jon Oliva que nos ponía a muchos los pelos de punta, ya que Savatage iban a empezar su concierto a lo grande, con “Gutter ballet”. Y ahí estaban, el mencionado Jon Oliva a las teclas y voz, Al Pitrelli y Chris Caffery a las guitarras, Johnny Lee Middleton al bajo y Jeff Plate tras la batería. No fue hasta el tercer tema, “Edge of thorns”, cuando Zak Stevens salió al escenario.

Canciones que ya son clásicos iban sucediéndose, “Jesus saves”, “The storm”, “Dead winter dead” y “Hall of the Mountain King”. Una vez terminó esta, las luces pasaron al True Metal Stage donde el equipo de la Trans-Siberian Orchestra comenzaba con un tema nuevo, “Madness of men”. La TSO, con un despliegue gigantesco en todos los aspectos (mención aparte para los violinistas Asha Melvana y Roddy Chong) iba deleitándonos con un espectáculo audiovisual como yo he visto pocas veces. A las voces estaban tres portentos Jeff Scott Soto, Kayla Reeves y Andrew Ross, respaldados por un numeroso coro, que hacían las veces también de bailarines, o se sumaban a ser voces principales… Increíble.

La TSO tocaba su última pieza por el momento, “A last ilussion”, dando paso a algo sin precedentes en la historia de Wacken, sus dos escenarios funcionando al mismo tiempo. Ni os podéis imaginar como sonaba todo aquello, con hasta cuatro guitarras, dos baterías… Me dan escalofríos al recordarlo.

Juntos hicieron un repaso a temas de las dos bandas donde quisiera destacar varios de ellos, como “O Fortuna (Carmina Burana)”, donde Carl Orff tuvo que levantarse de su tumba para aplaudir o “Another way” de Savatage con la participación del portentoso Russell Allen de Symphony X. Uno de mis instantes preferidos fue el de la balada “Believe”, a dúo entre Jon Oliva y Robin Borneman. Aunque había escuchado antes a Robin, en directo su voz rota me pareció sublime.

El final vino marcado por “Chance” de Savatage, con banderas recorriendo todas las pantallas, la épica instrumental también de Savatage “Christmas Eve (Sarajevo 12/24)” y la adaptación de la Quinta Sinfonía de Beethoven “Requiem (The Fifth)” de la TSO. Tras ello, pirotecnia por todas partes, fuegos artificiales y despedidas. Más de 30 personas habían participado solamente sobre el escenario.

Aunque aún quedaban conciertos, equipo y amigos decidimos recoger para cenar, y os puedo asegurar que durante la cena no se habló de otra cosa que no fuera este concierto, y es que por seguro que será conversación durante décadas.

Día 2 – 31/07/2015

Habiendo dormido más que el primer día, es decir, algo, afronté la segunda jornada de Wacken con ganas, pero aún así, faltando a los primeros conciertos, así que Angra, que era por quien me había decidido, tendrán que esperar a otra vez.

El pistoletazo de salida lo di con Ensiferum en el True Metal Stage. Ellos estaban presentando su disco “One Man Army”. Francamente, su sonido dejó bastante que desear, pero por lo que me decían personas que los habían visto más veces, es algo común en los finlandeses. Me sorprendió su setlist, donde no sonaron cortes que esperaba que fueran fijos como “Iron” y otra que sí me importó mucho no escuchar, “Token of time”.

Aunque mi siguiente objetivo eran Sepultura, decidí cambiar en el último momento para ver a Falconer en el Party Stage debido a que es un grupo más complicado de ver en España. De hecho no me equivocaba en absoluto, ya que mientras solucionaban problemas con el bajo de Magnus Linhardt, su frontman Mathias Blad comunicaba que esta sería su última aparición en Wacken ya que próximamente abandonarían los escenarios. Toda una pena escucharlo, ya que se marcaron una actuación bastante interesante y Mathias demostró un estado de forma de sus cuerdas vocales pluscuamperfecto.

De nuevo al True Metal Stage para confirmar algo que ya sabía, no soporto a Kvelertak. En estudio me resultan inaguantables, pero había oído hablar maravillas de sus directos. Veamos, son pura energía y “macarrismo”, pero yo no puedo con ellos, así que tras cuatro temas los di por imposibles y volví al Party para coger un buen sitio durante Stratovarius.

Stratovarius son una de mis bandas favoritas de Power y la definición de ir a por todas durante su inicio se quedaba corta, ya que empezaron con una de sus canciones estrella, “Black diamond” seguido de otra que no se queda atrás, “Eagleheart”. Lo dejaron claro, iba a ser una descarga con muchos clásicos: “Against the wind”, “Legions” o “Paradise”. Los mezclaron con dos de su disco más reciente, “Dragons” y “Unbreakable” (escuchar “Halcyon days” hubiese sido genial) y una del próximo, “Eternal”, que tocaban por primera vez, “Shine in the dark”. Para cerrar, como no podía ser de otra forma, eligieron “Hunting high and low”. Por cierto, echo de menos los patitos del teclado de Jens Johansson.

Tras ver el final de At The Gates con “Blinded by fear” decidí hacer una retirada al campamento base mientras llenaba el estómago con un suculento wacken nacken.

Un poco de descanso, ducha, más descanso y vuelta a atravesar el barro para volver a visitar de nuevo el Bullhead City Circus y ver como Thyrfing se comían el Headbangers Stage. Tenía muchísimas ganas de ver al quinteto sueco y su actuación se me hizo muy corta. Durante ocho temas pude ver como arrasaron con el escenario, ofreciendo para mí, si obviamos lo que hicieron Savatage y la TSO, uno de los tres mejores conciertos del festival. Además durante dos temas contaron con la participación de la soprano Nathalie Hernborg, mujer del guitarrista Fredrik Hernborg.

Vuelta a los escenarios principales, para ayudar a un portugués a pedir Wacken Blut por el camino y ver cerca de la mitad del concierto de Dream Theater en el True Metal. Siendo sinceros nunca les he prestado atención así que no conocía nada en absoluto de lo que estaban tocando, pero quedé encantado con su show. Pensaba que me iba a aburrir, que iba a ser un desfile de lo bien que tocan, pero me equivoqué por completo, ya que estuvo lleno de sentimiento.

Después tocaba otro de los grupos principales en el Black Stage. Black Label Society. Bueno, he de decirlo, no aguanto la voz de Zakk Wylde, y lo he intentado, porque es un gustazo escuchar su guitarra, pero tardé una estrofa de “The beginning… at last” en coger y “huir”.

¿Y hacia dónde iba? En ese momento no sabía quién estaba tocando ni dónde, y me encontraba con más ganas de conciertos. La opción más sencilla era ir hacia el Party y eso hice, para encontrarme con los alemanes Oomph! Mira que llevan 25 años en esto, pero yo de ellos sólo conocía el nombre. Me encontré con un sonido industrial con toques góticos, eso que se suele llamar, Neue Deutsche Härte. Concierto muy pero que muy entretenido, aunque claro, me enteraba de más bien poco al conocer muy poco alemán. Aún así, para mí fue la sorpresa del festival, y en cuanto volví a España me puse a conocerlos más.

Lo más cercano era In Flames en el True Metal, para mí prescindible, por lo que no tenía pensado verlos, y así aprovechar para cenar, pero comenzaron con su tema más característico de su época clásica, “Only for the weak”, así que decidí quedarme… hasta la mitad del tema. Yo he desconectado de su sonido hace mucho ya que los cambios que han experimentado no me han gustado, y por lo que veo los han aplicado a los anteriores. Las bandas cambian o evolucionan que dicen otros, pero modificar el pasado… Aunque luchaba contra el barro a la par que buscaba un sitio para cenar (es muy difícil decidirse con la gran variedad que ofrece Wacken) iba escuchando el resto del concierto y me resulto curiosísimo como Anders Fridén, antes de tocar “Bullet ride”, pidió al público no hacer crowdsurfing. Evidentemente lo hubo.

Y tras ello, a las 0:00, en el Party Stage me esperaba Within Temptation, o lo que es lo mismo, mi gran espina. Sí, vienen a España en cada gira, y o le pasa algo a Sharon y mueven la fecha, o me pasa algo a mí y me es imposible ir. Hubiera estado mejor verlos en una gira diferente a la de “Hydra” (para mí su disco más flojo) pero oye, algo es algo.

Así que fueron sonando temas del disco, como “Paradise (What about us?)”, con la voz de Tarja grabada (algo que ocurrió en los tres cortes que tocaron con colaboraciones) o “And we run” mezclados con otros más antiguos como “Our solemn hour”, “Angels” o las siempre presentes “Ice queen” y “Mother Earth”, obviando por completo, como me esperaba, su primer LP, “Enter”. Que sí, que tocar “Sinéad” en acústico estuvo muy bien, pero si llegan a hacerlo con “Restless” la sorpresa hubiera sido mayúscula. Eso sí, Sharon inmensa.

Otro día llegaba para mí a su fin, agotado. Retirada al camping y a dormir lo máximo posible que aún quedaba el sábado.

Texto: Alberto Sanz / Foto: Andrés Abella (Fotoconciertos.com)

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